miércoles, 16 de marzo de 2011

Jacinto de Jesús. Un libro con personalidad gay.

JACINTO DE JESÚS
Hugo Villalobos
Colección Fontamara #283
isbn 978-968-476-384-5

A decir de Carlos Monsivais "Jacinto de Jesús recupera la historia de un conjunto de seres humanos negados por el prejuicio y perseguidos por la ignorancia que se justifica porque viene de muy lejos". Es un testimonio de como la comunidad gay subsiste de manera clandestina y, ante la represión, crean mecanismos de resistencia y solidaridad.

Esta crónica novelada recupera la historia de un conjunto de seres humanos que han sido negados y perseguidos por prejuicios e ignorancia justificada o vestida con atuendos moralistas. En este relato Hugo Villalobos hace una investigación histórica partiendo de un personaje típico clásico, el migrante provinciano que deserta de su pequeña comunidad en pos de la gran ciudad, donde existen mayores posibilidades de desarrollo y estímulos diversos.

A través de testimonios, hechos reales y personajes varios, se nos muestra cómo la comunidad gay subsiste de manera clandestina y, ante la represión, crean mecanismos de resistencia y solidaridad. Así, buscando su propio espacio, estos personajes encuentran su hábitat en los cines de mala muerte.

El protagonista, un gay de los 70's (cuando los espacios se limitaban a las fiestas o reuniones clandestinas y a la oscuridad de la noche) hace un recorrido por la Ciudad de México y su transformación, vive los acontecimientos del 68, el temblor del 85, etc. Llegando al final del siglo XX y con él el fin de Jacinto, quien sucumbe ante el destino, ese poder que se interioriza en él y hace que su vida se vuelva, en grandes periodos, oscura, simple y conformista. Pero no todo es sombrío, pues la narración tiene grandes momentos pasionales y llenos de candor sobre todo cuando se alude a la niñez y juventud del protagonista, quien nos describe, por otro lado, todas las tradiciones y costumbres de Paracho, su pueblo.

Jacinto apenas alcanzó a distinguirlo a no ser porque su cuerpo olía a lima y sus labios a fresca mandarina. Muy débil alcanzó el oído de Ángel y le dijo: Por favor, no te vayas! Jacinto de Jésús. Hugo Villalobos. Ed. Fontamara.


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